Francisco
Miguel Delamer - Presbítero y escritor. Lector apasionado., junto al Papa Francisco
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La Exposición del Libro Católico está superando
las cuatro décadas de tenaz presencia en el "calendario anual " de la
Iglesia.
Paradójicamente, la "fuerza" de este valioso gesto cultural coincide
con lo que a la vez lo limita significativamente.
El "sujeto" que lo
ha generado y lo recrea año tras año prácticamente se concentra en la tenaz y
apasionada personalidad de Manuel Outeda Blanco. Es casi inexplicable e
inentendible que a partir de esta "titánica" personalidad y un
pequeño puñado de colaboradores la Exposición haya alcanzado las dimensiones y
la perdurabilidad que la caracterizan.
Lo que siempre me atrajo hacia la
Exposición, además de la "cuidada" calidad de sus propuestas
bibliográficas, es la "dimensión humana" de la misma, posible de ser
recorrida acabadamente en pocas horas (dicho sea esto frente a la desmesura de
la promocionada "Feria del Libro").
Resaltado esto como un valor, no
puedo no expresar mi pena frente a mi convicción que si organizadores y "público" dilatáramos nuestra inteligencia y corazón podríamos entre todos
poner en el centro de la compleja vida cultural de la Ciudad un hecho de una
relevancia significativamente superior.
¿Está nuestra "catolicidad"
en condiciones de afrontar con éxito un desafío de estas características? Es
una pregunta que es bueno que todos nos repropongamos cada año.
Francisco Miguel Delamer
Presbítero y escritor.
Lector apasionado
Presbítero y escritor.
Lector apasionado
Pbro. Francisco Miguel Delamer firmando ejemplares de su libro "Lejaim" en la XV Exposición del Libro Católico (Casa de la Empleada -Obra de Mons. Miguel de Andrea- año 2013) |
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