En
su exhortación apostólica AMORIS LAETITIA sobre el amor en la
familia, el Papa Francisco nos recuerda los documentos del Concilio
Vaticano II que se ocupan de promover la dignidad del matrimonio y
los esposos, describiendo el matrimonio como “comunidad
de vida y amor, poniendo el amor en el centro de la familia”.
Hoy
día en que la familia como unión entre
un hombre y una mujer para siempre es
atacada por ideologías que deforman su fin natural, tenemos la ayuda
de contar una vez más con muy buenas lecturas que nos ayudan a tener
más claro nuestro camino en esta tierra y al Cielo que es nuestra
patria definitiva: me refiero a los cuarenta y un años de vida de la
Exposición del Libro Católico en la ciudad de Buenos Aires, esta
vez en adhesión al centenario de la aparición de la Virgen de
Fátima y con el título de “El buen
libro, camino de conversión”.
El
buen libro es como esa semilla de mostaza que habla la parábola del
Evangelio que siendo la más pequeña, “cuando
ha crecido es la mayor de las hortalizas y se hace árbol, de tal
manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas”.
Y en esta Exposición hay MILES de libros que nos ayudan a crecer en
las virtudes humanas y sobrenaturales, a ser mejores hombres y
mujeres para esta Argentina tal vez más “desconfiada”
a causa de la desunión y la falta de esfuerzo y compromiso en el
quehacer diario.
Cada
año esta Exposición es enriquecida con nuevos títulos de autores
espirituales nacionales y extranjeros; como siempre los clásicos de
santos como Agustín, Tomás de Aquino, Alfonso María de Ligorio,
Francisco de Sales, Teresa de Jesús y contemporáneos como Benedicta
de la Cruz (Edith Stein), Juan Pablo II, Josemaría Escrivá de
Balaguer y vivos aún como Jacques Philippe, Scott Hahn y José Pedro
Manglano, entre muchísimos otros.
Exposición de manera silenciosa y altamente eficaz —me refiero especialmente a su presidente el señor Manuel OUTEDA BLANCO y sus colaboradores— tienen un lugar especial en nuestra sociedad argentina. Su perseverancia y disciplina para llevar a cabo una vez más esta Exposición sin dejar sus obligaciones personales, familiares y profesionales hacen realidad ese deseo que hace muchos años escribió en SURCO un sacerdote santo: “Regnare Christum volumus!—queremos que Cristo reine— para Dios toda la gloria”.
Dr. Jorge
Patricio Vergara
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