jueves, 8 de febrero de 2024

PERSEVERANCIA EN LA VERDAD (por Mons. Mario Bonabotta)

 

El apostolado del buen libro es cosa excelente. Pero si a esa excelencia se le agregan 44 años de perseverancia, entonces somos beneficiados por un auténtico testimonio por la Verdad. Testimonio esforzado, que ha conocido muchas veces la prueba de la aparente indiferencia y la persecución. Porque la Verdad no deja indiferentes en su camino, como no hay indiferentes en el camino que pasa ante la cruz. Quienes continúan, indolentes, por el camino que pasa delante de la cruz, son cómplices de deicidio. Quienes pasan de largo ante la verdad, son socios del error. 

Las precedentes, no son palabras de grandilocuencia aplicadas a la, más grande aun, obra del amigo Manuel Outeda y su “Exposición del Libro Católico”. De clara manera, tienen su fundamento e ilustración heráldica en el escudo de la ya venerable institución argentina del libro católico. El escudo de armas, como el nombre, es un sino que se ha de honrar. Cuarenta y cuatro años de trabajo continuo y serio, en los que la necesidad de ganancias no ha empañado el fin superior del apostolado sólido, sensato y de actual urgencia, lo refrendan. 

La “Exposición del Libro Católico” y su tarea de difusión del buen libro, ha sido un apoyo constante a lo largo de mi ministerio sacerdotal. Años, en que por cierto, ha abundado la hojarasca impresa con sello católico y. los creyentes deseosos de alimentar la fe, especialmente los jóvenes, en los distintos lugares donde me ha tocado ejercer la docencia y el ministerio, frecuentemente estaban en confusión o total desconocimiento de la fe y de las verdades próximas a la misma. Hoy, como desde aquellos años de su creación, en nuestro apostolado seguimos recomendando bibliografía que se encuentra en la “Exposición del Libro Católico”.

Al fautor de esta obra, quisiera recordarle las palabras del libro de los Hechos: “… que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio…” (20,24)

¿Qué motivaba a San Pablo a pedir la perseverancia con toda vehemencia?, primero: tenía el objetivo claro dado por Dios y confiaba en que el Señor le permitiría lograrlo. Segundo, el Apóstol se sentía en la deuda de compartir la verdad de la salvación. Tercero, conocía la situación en que viven quienes no conocen a Jesús. ¡Felicitaciones y perseverancia estimadísimo Manuel!

Que Nuestra Señora del Buen Libro bendiga la abundante buena semilla sembrada con frutos generosos y a quien es el alma de esta gran obra.

Mons. Mario Bonabotta

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