Por
aquel año, cuando conocí la exposición, me encontraba trabajando
en el lugar donde se realizaba, responsabilidad que me ha permitido
ver un antes y un después de esta misma, pudiendo observar hasta el
último detalle, como también conocer a los colaboradores y
personajes de distinción que transitaron por está; hasta nuestra
excelentísima santidad, a quien en ese momento me lo presentaron
como Jorge Bergoglio. Pero esto solo lo digo como referencia y así
poder dar mi testimonio, ya que lo que estoy por contar es
simplemente mi humilde observación.
El
armado de los estantes fue algo magnifico y fugaz, lo realmente
difícil fue colocar cada libro en su lugar, pero para ello estaba
esa bella persona que lo tiene todo calculado en su cabeza, la
colaboradora principal del señor Manuel, Mabel Radis. Hoy, a la
distancia la siento una amiga y para ser sincero, a la que le tengo
un gran cariño, ella se encarga de este y otros varios trabajos,
junto al gran equipo de colaboradores que posee el ya mencionado
presidente de la exposición del libro católico. Es algo muy
importante la labor que realiza este equipo, ubicando, organizando y
dejando todo en su lugar.
Este
evento es de suma importancia para la comunidad, siendo el mismo
abierto y gratuito, como también dando la posibilidad a los
escritores de ser distinguidos, reconocidos, invitados a trascender
bajo el lema del buen libro y promover la buena escritura.
Recuerdo
haber recibido de la mano de los escritores sus pequeñas creaciones
con la esperanza de ser galardonados por el comité ejecutivo de la
exposición, quienes toman su trabajo con enorme responsabilidad,
aunque esto solo es un aspecto de esos quince días en que la
exposición se encuentra abierta, porque existe una gran apertura de
la misma, seguido de muchos expositores, personajes renombrados e
importantes recorriendo los pasillos llenos de libros, como también
muchos chicos de distintos colegios visitando y conociendo una
experiencia distinta en estos tiempos en los que todo es tecnología,
y no digo esto como una mala crítica hacia la tecnología, solo es
que soy de esas personas que disfrutan tener un buen libro en la
mano, aún recuerdo mis primeros libros, aquellos que me mostraron
experiencias increíbles y despertaron los sentimiento más bellos en
mí. Es por esto y por mucho más que creo en lo importante que es la
labor de este gran equipo para que esa continuidad se prolongue en el
tiempo y lo han hecho muy bien, ya que han pasado muchos aniversarios
y contando.
Solo
tengo palabras de agradecimiento para todas y cada una de esas
personas, esas que hacen cosas buenas para que nos pasen cosas
buenas, este mundo y sobre todo en estos tiempos debemos celebrar las
cosas buenas, a las personas buenas y es por ello que los abrazo con
el mejor de mis sentimientos…
Rodrigo Barzola
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