martes, 11 de julio de 2017

CELEBRANDO LOS 40 AÑOS DE EXISTENCIA DE LA EXPOSICION DEL LIBRO CATOLICO (por Eduardo Faroppa)



Eduardo Faroppa, Gerente de Ventas de Editorial y Distribuidora Lumen, recibe un diploma de agradecimiento luego de la presentación del libro "Un corazón sin límites. Pensamientos y reflexiones de San Luis Orione" (XVI Exposición del Libro Católico -Casa de la Educación- 2004).

Estimado Manuel:

Cuando me llamaste para pedirme mi testimonio sobre el camino transitado en este emprendimiento evangelizador realmente me emocioné mucho ya que siempre ví en este acontecer una moción del Espíritu en orden a la Evangelización.

Cuarenta años es la prueba más elocuente de inspiración del Espíritu y perseverancia en los fieles llamados a desarrollar esta ardua tarea.

Sin duda hubo grados diversos de compromiso según lo pedía el mismo espíritu de la obra. Algunos más convencidos y otros menos con este soplo de la gracia.

Enseguida me vino a la memoria los 40 años de peregrinación del Pueblo de Dios en el desierto. Cuarenta años arduos, difíciles, llenos de dificultades pero firmes en una misma esperanza: el llamado del Señor y el amor a su Pueblo-Iglesia.

Hoy podemos pensar con alegría y paz que hemos sembrado abundantemente en la viña del Señor. Sólo Dios sabe cuantas de estas simientes florecieron y dieron frutos.

Sembrar el pan de la Palabra y de la Eucaristía en medio de una sociedad lascerada por la corrupción, las drogas, la pobreza, etc…tantos los libros expuestos como las conferencias, premios…han puesto una luz de esperanza en medio de tantas tinieblas.

Que esta Luz que brilla en la oscuridad nunca se apague por el egoísmo y la desidia de nosotros cristianos, tan prontos a llenarnos de palabras y flaqueando cuando nuestra Madre la Iglesia nos llama a la acción evangelizadora.

Manuel, que nunca se apague esta antorcha que supiste mantener encendida en medio de las tempestades. Sin duda la llama de fuego que iluminaba y guiaba al pueblo de Dios en el desierto te acompañó en todo momento.

Pido a Dios Nuestro Señor, a su Hijo Jesús y al Espíritu Santo que toda esta tarea evangelizadora siga dando abundantes frutos y que María nuestra madre nos siga acompañando en este caminar por el desierto. Al final el triunfo será de Cristo y de su Iglesia.

Con todo cariño a vos y a tu fiel compañera en todo este caminar, mi querida Mabel, modelo de humildad, silencio, trabajo, como María.

Tu amigo. Eduardo

Eduardo Faroppa
Edit. y Dist. Lumen


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