jueves, 15 de junio de 2017

"TODO LO GRANDE NACE EN SILENCIO Y VIVE DE LA FUENTE QUE LE DIO SU SER" (por Alba Mansilla)

Hace 40 años nacía la Exposición del Libro Católico.

Este proyecto al frente de Manuel Outeda inquieto apóstol desde temprana edad. Y algunos jóvenes a quienes nos convocaba la amistad y el gusto por La lectura Católica.

Teníamos la convicción que Dios quería valerse de débiles instrumentos para realizar grandes obras...

En ese momento ya nos parecía una gran Obra que Villa Ballester tuviera una librería donde los jóvenes pudiéramos soñar con una Nueva Iglesia, como escribía el Cardenal Pironio impregnada de espíritu joven de una Iglesia de los laicos. Latinoamericana, alegre pujante y sedienta de inserción social, una Iglesia en salida como dice hoy Francisco...

O leer la Sagrada Biblia y descubrir allí a Jesús, ya no como lo heredamos de nuestros padres sino como un encuentro personal y genuino con el Dios de la vida.

Mediante nuestros autores preferidos aquellos que nos descubrieran a MARIA como San Alfonso María de Ligorio, o el "Kempis" difícil profundo pero que nos hacía sentir que nos graduamos en Teología si lográbamos leerlo y entenderlo...

Para nosotros aquello ya era una gran Obra sin siquiera atrevernos a soñar que aquellas primeras exposiciones en los colegios cercanos terminarían en la importante Obra Apostólica que es hoy la Exposición del Libro Católico.

Porque aunque el esfuerzo denodado y perfeccionado a lo largo de los años de su fundador, instrumento dócil en las manos del Padre, nada podría haber hecho sin la irrupción del Espíritu Santo... que es el que impulsa sostiene y logra que una Obra crezca y se sostenga en el tiempo.

Donde otros niños y jóvenes laicos y religiosos siguen repitiendo la historia… Descubren en todo tipo de autores un encuentro profundo y amoroso con Nuestro Señor y la Santísima Virgen...

Por eso estas palabras no quieren ser solo un recuerdo de aquellos comienzos humildes sino de la proyección apostólica que es hoy la Exposición, y una profunda gratitud a Dios PADRE porque no sólo no abandona sino impulsa con ternura a la fidelidad y sostiene nuestros débiles hombros para aparecerse al mundo en los libros...

Aunque una sola persona durante una Exposición pueda descubrir el amor infinito de Dios por nosotros ya está valdría la pena...

Imagínense durante tantos años, cuantos aprendieron a rezar a través de la lectura, cuanto empezaron a leer la Sagrada Escritura y descubrieron las respuestas a muchas preguntas del tiempo actual...

Por eso pedimos que por muchos años más el Espíritu Santo siga sosteniendo esta Misión!

Esta siga creciendo a fin de descubrir ante nosotros el rostro mismo del Dios.

 "...Caritas  Christi Urget Nos!"

Santuario de Schoenstatt en Florencio Varela (8 de diciembre de 1977)

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