Cardenal Antonio Quarracino
Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la
Argentina
Editorial:
La Exposición del libro:
Fiesta participativa
La Exposición del libro:
Fiesta participativa
Asistimos, en nuestra
Arquidiócesis de Buenos Aires a la inauguración de la IX Exposición del Libro Católico: Es un hecho digno de ser
celebrado, en primer lugar, porque supone la continuidad de un proyecto
fructuoso, mantenido con persistencia tesonera y encomiable voluntad de
realización. En segundo lugar, porque se trata de una exposición de libros.
Esta muestra anual ofrece, a un conjunto nutrido de visitantes que la recorran,
un caudal valioso de producción intelectual.
Allí se nos proponen las últimas ediciones en materia de teología, filosofía,
historia, espiritualidad, moral, hagiografía, literatura, exégesis,
hermenéutica bíblica, liturgia, etc.
Es posible escoger a gusto el alimento o estímulo que cada espíritu
requiera y poder gozar del diálogo que la lectura facilita.
A la vez, la exposición brinda un panorama del estado bibliográfico de
multitud de cuestiones que hacen a la formación de la cultura y edificación
espiritual del católico maduro.
La Exposición convoca más de cien editoriales e instituciones que aportan
las novedades de sus fondos para ser presentadas en las salas de la siempre
grata casa del Padre Grote. De alguna manera, con ello, Se continúa en algo sus
labores de preocupación por la comunicación social.
En las programaciones de la muestra cada año se han ido rescatando, a
manera de homenaje, la memoria de un destacado escritor argentino. Se ha
restaurado el recuerdo agradecido para aquellos que aportaron a través del
libro lo mejor de sí.
Es lamentable la amnesia parcial que padecen muchos compatriotas, muchos
católicos, respecto de aquellas figuras para con las que deberíamos tener
memoria perdurable, por el bien que nos han legado. Son parte viva de nuestro
patrimonio cultural y de nuestra identidad argentina. Pero optamos por el
último modelo que nos propone la bibliografía europea o norteamericana.
En el seno de la Exposición, y más allá de ella, hemos ido recordando
figuras como la del imprevisible e impar Padre Leonardo Castellani, la de Hugo
Wast. autor de una narrativa caudalosa y de real difusión popular, de Francisco
Luis Bernárdez y su poesía religiosa y este año, la figura preclara y
esclarecedora de Monseñor Gustavo J. Franceschi.
Hemos colaborado. en la medida de nuestras posibilidades, para robustecer
esa memoria agradecida, de criollos bien nacidos y de cristianos reconocidos,
de hombres talentosos nacidos en nuestra tierra. Nuestros gestos. en este
sentido. se han concretado en colocar placas para los olvidadizos (aunque
Horacio dijo que su poesía era más perenne que el bronce): hemos escrito
prólogos, hecho presentaciones, animados trabajos, todo con el mismo espíritu
de rescate. Algunos signos muestran lo acertado de nuestro empecinamiento. Me
informan, por ejemplo, de dos tesis doctorales en elaboración sobre la obra de
Castellani, una en la Universidad de Mendoza y otra en Buenos Aires. Es buen
indicio.
En estos días hemos lanzado una Antología
de páginas de Monseñor Franceschi (Buenos Aires, 1997), en la que se ha
recogido un haz pequeño pero representativo de artículos suyos.
Servirá, al menos, como dicen los españoles cuando ofrecen apenas un sorbo
de vino, para que el lector “haga boca” y se anime a probar más. Para los que
leían en su momento a Franceschi, y lo siguieron a través de sus ensayos en Criterio, será una ocasión esta
antología para retomar los ecos de su discurso claro, fundado y orientador.
Para los jóvenes que no han leído cosa de él, podrán asomarse en este volumen
al modelo de un hombre que juega opinión sobre las realidades de cada día con
criterio de siempre y de doctrina. Cosa hoy infrecuente.
Ya que de cuestiones bibliográficas hablamos, creo que tenemos una deuda
grande con publicaciones católicas que cumplieron toda una empresa en su hora. Nos
están faltando índices de Criterio,
de Ortodoxia, de Ichtys. de Sol y Luna, de Número y
tantas otras que ayudan a completar nuestros momentos culturales argentinos.
Esperemos que los que saben cómo se emprende esta tarea pongan manos a la obra.
Es un trabajo para la cultura nacional.
A lo largo de estos últimos años, en el seno de la Exposición se han
concretado algunas sugerencias nuestras, que nos parecieron atendibles. Tal es
el caso del Certamen Literario para alumnos de los dos últimos años de
secundaria. Esta convocatoria nos ha sorprendido por la respuesta caudalosa y
entusiasta de nuestros muchachos. De igual manera, la Faja de Honor "Padre
Castellani", otorgada a los mejores libros del año, ha tenido muy buen eco
en la prensa y ha ido ganando en estimación.
Es de desear que, con el tiempo. esta labor de difusión del libro católico
se consolide cada vez más para beneficio de la vida espiritual argentina. Esta
Exposición ha sido en todas las ocasiones, una fiesta en el sentido de una
celebración participativa y regocijante.
Vaya una felicitación especial al gestor de la Exposición, Sr. Manuel
Outeda Blanco, quien con su capacidad organizativa y voluntad efectiva, ha
hecho posible esta muestra a lo largo de estos años.
Reciba esta IX
EXPOSICIÓN DEI. LIBRO CATÓLICO nuestra bendición y mejores augurios.
Editorial de la Revista de la Exposición del Libro Católico firmada por el Cardenal Antonio Quarracino, Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina (Año XXI-N° 4- Septiembre de 1997) |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario