jueves, 12 de mayo de 2016

"LEER O NO SER; ESA ES LA CUESTIÓN" (por el Pbro. Christian Viña)

(1)
-->
El Pbro. Christian Viña, recibe el Galardón "Cruz del Sur" de manos del Arzobispo de La Plata y Presidente Honorario y Vitalicio de la Exposición, S.E.R. Mons. Héctor Aguer. Los acompaña el Fundador y Presidente de la Exposición, D. Manuel Outeda Blanco (XVII Exposición del Libro Católico en La Plata, año 2015)

 

-->
Christian Viña, recibe de manos de Mons. Héctor Aguer, el diploma por la distinción con una Mención Faja de Honor "Padre Leonardo Castellani" a su libro "Lloré por ti Argentina" (XI Exposición del Libro Católico, Bs. As., 1999)
En este 2016, de los 400 años de las muertes de Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare, asistimos a un curioso espectáculo de homenajes e indiferencias, ante dichas glorias de las letras universales. Por un lado, como era de esperar, se registran los bien presupuestados y difundidos tributos oficiales, más o menos académicos. Por el otro, están los reconocimientos apasionados, y hasta llenos de erudición de especialistas y admiradores; por cierto, bien distantes del “gran público”. Y, finalmente, está ese “gran público” cada vez más ignorante, y totalmente ajeno a las celebraciones y, más aun, a los celebrados…
Entre esas alternativas, claro está, hay una variada gama de situaciones y personajes. Que van desde el conocimiento sólido, y la tibia aceptación, hasta el elogio corto y desganado.
Dramática paradoja es la que padecemos en los comienzos de este siglo XXI: en un bando están los fantásticos medios de comunicación; capaces de acercar, como nunca, los más valiosos exponentes de la cultura universal. Y enfrente –o mejor, debajo de él-, el de las multitudes, de todas las capas sociales, que por ignorancia, comodidad, y hasta por patológica fascinación por la esclavitud, han renunciado a la lectura y, obviamente, al estudio.
Hace poco, hablando con una profesora de Literatura, en un colegio secundario, le pregunté si los chicos conocían y memorizaban algunos fragmentos del Poema del Mio Cid. “Está en el programa –me contestó, como resignada a un destino fatal- pero apenas lo vemos. Porque, ¿qué puede decirle el Cid a un joven de hoy?...”. ¡Como si la fe, la virtud, el honor, el sacrificio, la capacidad de renuncia y hasta el destierro fuesen meras antiguallas, propias del olvido!
Christian Viña coordinando la mesa redonda integrada por el Dr. Pedro Luis Barcia, el R.P. Fr. Dr. Aníbal E. Fósbery O.P. y D. Miguel Woites en Homenaje al Cardenal Antonio Quarracino en el 10º aniversario de su fallecimiento (XX Exposición del Libro Católico, Bs. As., año 2008).
No menos sorprendentes fueron las respuestas de alumnos secundarios que, cuando les pregunté sobre Shakespeare, ¡me repreguntaron si era una nueva bebida o un nuevo boliche…!. Claro, con profesores de Literatura como la nombrada, no pueden esperarse otros resultados. Aunque, en honor a la verdad, no se puede achacar toda la culpa de esta calamidad a los cada vez menos formados enseñantes… ¡Es toda una sociedad la que ha renunciado a pensar! Y, en consecuencia, los libros y la lectura, son casi contaminantes; para usar una palabrita de moda, en estos tiempos de ecologismo sin Dios y, por lo tanto, contra el hombre…
Leer o no ser; esa es la cuestión, podríamos repetir remedando, en parte, al célebre Shakespeare. Es que la lectura, en tanto seres racionales, nos humaniza, nos hace más hombres, a imagen y semejanza de Dios. Nos constituye, auténticamente, en hijos en la Palabra que se hizo carne, y habitó entre nosotros.
La Palabra se encarnó para que, en ella, encontrásemos nuestra definitiva filiación del Padre. Solo el Verbo Encarnado nos libra de nuestra condición de parias; arrojados al capricho de fuerzas ciegas y deshumanizantes.
El Pbro. Christian Viña, recibe de manos de Mons. Héctor Aguer, el diploma por la 3ª Faja de Honor "Padre Leonardo Castellani" a su libro "Nos espera lo mejor" (XXV Exposición del Libro Católico, Bs. As., 2014)
Leer buenos libros, empezando claro está por la Biblia y el Catecismo de la Iglesia –que ningún católico debería dejar arrumbados- nos devuelve la dignidad de personas; arrebatada por las bajas pasiones y los instintos animalescos. Valorar la lectura de las páginas inmortales será el mejor antídoto a la desatada violencia individual y colectiva, que arrasa nuestras comunidades. Volver a la saludable costumbre de leer en familia acabará con la tristísima orfandad de chicos y grandes; y evitará derrochar cuantiosas sumas en terapias que nunca curan…
Si sigue siendo válido aquello de más vale prevenir que curar, los buenos libros nos ahorrarán mares de lágrimas. Y les harán descubrir, a tantos niños y jóvenes especialmente, el verdadero e inapelable sentido de la vida. Claro está que, para ello, debe redescubrirse el valor del silencio; en donde se nutre y se juega la gran batalla de la Verdad.
Sin entrar en dialécticas ni descalificaciones en bloque, no dudamos en alzar nuestra voz de alarma ante tanta masificación digital que, con celulares y otros dispositivos móviles, está convirtiendo a países enteros en rejuntes de esclavos. De los esclavos más esclavos, que ni siquiera luchan por la libertad, porque creen estar disfrutándola a pleno.
El Pbro. Christian Viña con Mons. Emil Pul Tscherrig, Nuncio Apostólico en la República Argentina, quien sostiene la Estatuilla "Nuestra Señora del Libro" y Manuel Outeda Blanco, Fundador y Presidente de la Exposición ( XXIII Exposición del Libro Católico, Bs. As., 2012)
Esas masas estandarizadas en el sometimiento suponen que pueden ver, escuchar y hacer lo que se les da la gana, sin saber que son meros productos descartables, de unas pocas corporaciones; serviles del Nuevo Orden Mundial, la ideología de género, la masonería, la usura internacional, y el “narco-porno-socialismo del siglo XXI”. Todo está pensado por unos poquísimos poderosos, amos del Mundo, para que miles de millones de habitantes del planeta seamos solamente máquinas de consumir. Y a los que no tienen capacidad para hacerlo, o se los mata con droga, crímenes, y eutanasia libres; o no se los deja nacer, con contracepción, promiscuidad y aborto. La vieja lucha hoy es más cruel que nunca: no se combate contra la pobreza; se busca exterminar directamente a los pobres…
Frente a este realista panorama, bien vale cantar las cuarenta, en estos cuarenta años de la Exposición del Libro Católico; un vivificante espacio para recrear el alma. Algo así como una patriada de los últimos mohicanos que, gracias a Dios, y pese a tantas emboscadas de propios y extraños, se resisten a una rendición incondicional. ¡Que puedan seguir por muchísimos años, con el combate, es nuestro ferviente deseo! Solo seguirán cosechando enemistades, ingratitudes, indiferencias, hostilidades y desprecios. Y, por supuesto, algún que otro reconocimiento…
No habrán de bajar, ni mucho menos, los brazos por ello. Como católicos bien formados saben bien que ningún discípulo es superior al Maestro (Mt 10, 14). Y que solo el Maestro es la única y última Palabra. Aquella Palabra que nos hace plenamente cultos, y verdaderamente libres…

Pbro. Christian Viña
(Párroco de las Parroquias Sagrado Corazón de Jesús y
Santos Mártires Inocentes, de Camabaceres (Ensenada).
Responsable de la Oficina de Prensa del Arzobispado de La Plata)
LA PLATA, 11 de Mayo de 2016.
Día del Himno Nacional Argentino;
bellísima página de cultura y Patria.
 

___________________________________________
(1) Escrito por solicitud del Comité Ejecutivo de la Exposición del Libro Católico.

 
El Pbro. Christian Viña junto al Pbro. Dr. César Salvador Sturba y S.E.R. Mons. Antonio Juan Baseotto C.Ss.R., al finalizar la Santa Misa de Clausura de la XXVI Exposición del Libro Católico (Bs.As.,2014)

El Pbro. Christian Viña, firma ejemplares de su libro "Católico, periodista y...sacerdote", presentado en la XXVI Exposición del Libro Católico (Bs. As., 2014)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario