El Pbro. José Ignacio Ferro Terrén en la XXVIII Exposición del Libro Católico (Casa de la Empleada - Obra de Mons. Miguel de Andrea) - Septiembre de 2016 |
A
lo largo de estos 40 años la Exposición del Libro Católico nos ha enorgullecido
con la difusión de los buenos libros, al difundir la verdad de la fe cristiana, con conferencias
enriquecedoras por la amplitud de los temas tratados que, muchas veces no son abordados en otros ámbitos, incluso
eclesiales, y, también, la afabilidad de
sus anfitriones, en especial Manuel Outeda Blanco.
Destaco en primer
lugar el servicio a la verdad con el siguiente texto iluminador de Benedicto
XVI. “El
hombre quiere conocer, quiere encontrar la verdad. La verdad es ante
todo algo del ver, del comprender, de la theoría,
como la llama la tradición griega. Pero la verdad nunca es sólo teórica. San
Agustín, al establecer una correlación entre las Bienaventuranzas del Sermón de
la montaña y los dones del Espíritu que se mencionan en Isaías 11, habló de una reciprocidad entre "scientia" y "tristitia": el simple saber
-dice- produce tristeza. Y, en efecto, quien sólo ve y percibe todo lo que
sucede en el mundo acaba por entristecerse. Pero la verdad significa algo más
que el saber: el conocimiento de la verdad tiene como finalidad el conocimiento
del bien. Este es también el sentido del interrogante socrático: ¿Cuál es el
bien que nos hace verdaderos? La verdad nos hace buenos, y la bondad es
verdadera: este es el optimismo que reina en la fe cristiana, porque a ella se
le concedió la visión del Logos,
de la Razón creadora que, en la encarnación de Dios, se reveló al mismo tiempo
como el Bien, como la Bondad misma” [1].
Quienes hemos
asistido a los largos de estos años a las exposiciones, advertimos siempre la
diaconía a la verdad de la cual hablaba con tanta frecuencia San Juan Pablo II[2].
Seguir a Jesús, “camino, verdad y vida” (Jn. 14,6) inspira la vida cristiana y
la evangelización de la cultura lo cual se ha manifestado en estos 40 años. San Juan Pablo II invita a todos a «que fijen su atención en el hombre, que Cristo salvó en el misterio de
su amor, y en su permanente búsqueda de verdad y de sentido”[3] Invita a todos a entrar dentro del “horizonte de la verdad”, porque “solamente en este horizonte de la
verdad comprenderá” cada uno la realización plena de su libertad y su llamada
al amor y al conocimiento de Dios como realización suprema de sí mismo”[4].
La
variedad de los temas tratados sean de filosofía, teología, bioética,
literatura, ciencia, literatura infantil y otros, no sólo en la exhibición de
las diferentes editoriales sino la gama diversa de las conferencias,
constituyen un atractivo que enorgullece a la Exposición.
Destaco
la afabilidad de Manuel Outeda Blanco que siempre fue un fervoroso creyente que
aunó fe y vida y mantuvo una línea de pensamiento valiente, pleno de parresía ante el contexto relativista de
la cultura actual, sin arredrarse ante los embates de las modas del pensamiento
hodierno.
Pedimos
a María, Trono de la Sabiduría, que siga amparando esta noble tarea para el
bien de nuestra Fe y de nuestra Patria.
Pbro. José Ignacio Ferro Terrén
[1]Discurso
Univ. La Sapienza http.vatican.va/content/benedict-xvi/es/.../hf_ben-xvi_spe_20080117_la-sapienza.html
[2]
San Juan Pablo II, Fides et Ratio Nº 2 “Entre los diversos servicios que la
Iglesia ha de ofrecer a la humanidad, hay uno del cual es responsable de un
modo muy particular: la diaconía
de la verdad” http.vatican.va/content/john-paul-ii/es/.../hf_jp
ii_enc_14091998_fides-et-ratio.html
[4] Ibíd.
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